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domingo, 7 de enero de 2018

Los pactos, ¿obligan...o no?

Los días y las frases: los pactos obligan, significado y reflexiones del brocardo Los pactos obligan
Pacta sunt servanda, lo pactado obliga, así como la nobleza. Cosa que los plebeyos no entienden.  

Los brocardos son esos principios del derecho romano que aún hoy en día se utilizan porque constituyen nuestras bases culturales. 

La cultura no es otra cosa que una regulación del comportamiento que esperamos de los semejantes, de los nuestros. De los otros, antropológicamente, no esperamos nada. 

Pero los brocardos, siempre están muy bien formulados y este caso se añade un rebus sic stantibus. Es decir, lo pactado obliga, sí; pero mientras se mantengan las condiciones en las que se dió el pacto. Si las circunstancias que llevaron al pacto cambian, éste puede revertirse, anularse. Lo pactado ya no sirve, el pacto se puede romper. 

Y esto es justo lo que está pasando ahora.  

sábado, 23 de diciembre de 2017

La falacia de la sinécdoque


Los días y las frases: La falacia de la sinécdoque.


Sinécdoque falacia, ejemplos, significado
Iglesia de San Nicolas de Bari
en Vitigudino, Salamanca
Las falacias son muy habituales. Consisten en razonamientos de «apariencia» verdadera, pero de realidad rotundamente falsa.

Muchas han sido, son y serán las falacias que los políticos utilizan para convencer a sus votantes, pero hoy son más groseras y rudimentarias que nunca en la historia.

La falacia de la sinécdoque de la que ya hemos hablado: Los días y las frases: Las partes y el todo está resultado insufrible y excluyente estos días.

Las afirmaciones del tipo «lo que quiere el pueblo de Vitigudino es esto» para referirse a lo que quiere una parte (normalmente minoritaria pero movilizada) del electorado del pueblo de Vitigudino, es insufriblemente falaz por insultar a la inteligencia, por tratar de confundir groseramente los términos y excluyente porque omite los deseos de la otra parte (normalmente mayoritaria y silenciosa). Consiste en arrogarse los deseos de una parte como los de la totalidad de forma injustificada.

Admitir este razonamiento va contra los principios democráticos de la pluralidad y fomenta la uniformización, se trata de reducir, de anular al otro, al diferente.

domingo, 19 de noviembre de 2017

¿Cantas la palinodia?

Los días y las frases: Cantar la palinodia: significado y origen.
Cantar la palinodia
La bella Helena
Todos nos equivocamos: errar es humano, forma parte de nuestra esencia, solo los dioses son infalibles.

La ciencia --el conocimiento-- se construye a través del ensayo y el error. La equivocación forma parte del proceso de aprendizaje, o mejor dicho, las conclusiones que extraes de las equivocaciones aumentan tu conocimiento: de los errores se (debe) aprender. 

Por eso, es diabólico perseverar en los errores como decía Séneca; porque bloquea el aprendizaje, fosiliza los conocimientos. Por tanto, en primer lugar cabe reconocer ese error y eso, se hace cantando la palinodia.

Debemos volver a la mitología griega para entender su significado. Concretamente a la guerra de Troya. Guerra que tuvo su origen en el rapto de la bella Helena por París

Estesícoro, uno de los nueve poetas líricos clásicos, nacido en Sicilia en el 630 a. C. y citado nada menos que por el mismísimo Platón  y por Cicerón, escribió un poema en el que acusaba a la Bella Helena de traición a Troya. Los dioses le castigaron con la ceguera: Helena no huyó, la raptaron. Arrepentido, Estesícoro, reescribió los versos sustituyendo las injurias por alabanzas a Helena. Ésta, agradecida le devolvió la vista.

Desde entonces las composiciones poéticas en las que se hace una retractación pública sobre algo que se ha dicho y especialmente, si se considera equivocado se denominan palinodias. Y es que etimologícamente, palinodia (παλινῳδία) proviene del griego volver a cantar; de palin (de nuevo, otra vez) y  oida (oda, canto). 

Pero profundicemos un poco más en el mito: el castigo por el error Estesícoro fue su cegera, es decir, la imposibilidad de ver, de conocer. Pero en cuanto reconoció su error, recuperó la vista, la capacidad para ver, para conocer.  Moraleja, para pasar de la ceguera (el desconocimiento) a la visión (el conocimiento) se debe admitir el error: cantar la palinodia. 




domingo, 12 de noviembre de 2017

Resistencia masadina

Los días y las frases: Resistencia masadina: historia y significado.
Asalto a masada
Asalto a Masada. Gravado del siglo XIX. 

No siempre resistir significa vencer, pero muchas veces, sí.

Sucedió en Masada: los judíos resistieron y prefirieron antes de ser derrotados, el suicidio.

La historia contada por Flavio Josefo sobre las Guerras de los Judios  nos explica  que el general  Vespasiano allá por el año 69 estaba enfrascado en poner orden a las revueltas de los judíos que se venían produciendo desde hacía años (verbigracia la revuelta de Jesucristo según algunos historiadores contra el Imperio Romano no fue más que una revuelta contra Roma). Un día harto, con Jerusalén ya conquistada,  se decidió a sitiar la ciudad de Masada. Cuentan que los motivos más que militares fueron económicos: Masada ponía en peligro el lucrativo negocio del bálsamo. 

Los judios-sicarios habían convertido la ciudad en un fortín casi inexpugnable, pero tras siete meses de asedio y casi perdiendo la paciencia el General Romano ordenó un ataque frontal con una torre móvil de madera que abrió una brecha en la muralla.

Pudieron contener el ataque pero ya se sabían derrotados. Y el líder de los sicarios judíos fue capaz de convencer a toda la ciudad a que antes de sufrir oprobio de la derrota era mejor la inmolación. 

Fue un caso de disonancia cognitiva claramente. La disonancia cognitiva según los psicólogos se produce cuando en momentos de tensión en los que lo que pensamos no encaja con los hechos, los ignoramos o transformamos según nuestro pensamiento. Pues eso. 

Aquí en la Península Ibérica, no hemos sido menos y tenemos Numancia


domingo, 22 de octubre de 2017

Las victorias pírricas, ¿merecen la pena?

Los días y las frases: victoria pírrica, qué significa y su origen. Victoria pírrica
Hay victorias que no merecen la pena, las pírricas. De la victoria, de su épica ya hemos hablado...pero normalmente existe un revés, otra visión, ahora toca hablar de la parte dramática.

Pirro fue el basileos de Epiro allá por el siglo IV a.C. Fue continuador de los grandes maestros griegos en estrategia militar y llegó a estar a la altura de Magno Alejandro, del que seguramente aprendió.

Grecia ha sido la cuna de occidente, padres de la democracia pero también de las grandes guerras. Después, los romanos les tomaron el relevo, pero en su Imperio la democracia ya no era operativa y tuvieron que instaurar sistemas políticos más eficientes para administrarlo.

Pirro guerra de  Tarento
Mapa histórico de la Guerra de Tarento
Pues bien, Pirro se enfrentó al incipiente poder de Roma y consiguió mantenerlo a raya --momentáneamente--. El contexto histórico hay que situarlo en la pelea por la defensa de las colonias griegas del sur de la península itálica y Sicilia --la Magna Grecia-- frente a la expansión de Roma. En filosofía de la historia, el motor es la lucha por el poder. Pirro, con la excusa de defender una colonia, Tarento, hizo un raid que llegó hasta Roma. Pero el desgaste que tuvo en estas campañas fue tan grande, el sacrificio de soldados tan cuantioso que le llevó a decir después de una de las batallas (Asculum) donde perdió más de 3.500 hombres «otra victoria como ésta y estará todo perdido» según nos cuenta Plutarco.


Todo este grandísimo esfuerzo y sacrificio humano sirvió de poco, la expansión de Roma era imparable y años después las colonias griegas se perdieron. Todo había sido en balde, la victoria no había servido de nada, es más, su precio había sido excesivamente costoso. La contra-frase sería «una retirada a tiempo es una victoria»...









Insisto --en un sentido algo diferente-- hay guerras que no merecen la pena pese a las victorias: el honor y la gloria no da de comer, no sirven de nada, es inesencial. Siempre habrá quién hable de dignidad... pero a largo plazo, estaremos muertos y nadie nos recordará, tal vez algún historiador le pondrá nombre a nuestra efemérides y ¿de qué nos habrá servido...?