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domingo, 31 de marzo de 2019

¿Te aburres? Yo, también.

Aburrimiento heidegger benjamin
Últimamente me aburro, supongo que como todos. En la sociedad de la híper-conexión, la saturación de estímulos acaba provocando aburrimiento. La necesidad constante de novedades provoca, en su ausencia, el temido aburrimiento. En la sociedad moderna no se tolera el aburrimiento, parece ser que está proscrito. Pero la ausencia de interés ante todo lo que últimamente se me ofrece, me provoca tedio, pesadez, sopor que trato de combatir como puedo.

Y como me aburro trato de averiguar algo sobre la cuestión. Por ejemplo, su etimología. Está claro que aburrir proviene del latín ab-horrere; es decir, tener aversión a algo. Horrere, del que deriva horror, significa erizarse; cuando tienes miedo se te pone le vello de punta. Antiguamente aborrecer y aburrir eran sinónimos y significaban algo así como fastidio. Solo admitió la reflexividad --aburrirse-- y con el significado de sensación molesta que provoca el no hacer nada o hacer algo que te disgusta, relativamente más tarde, Corominas lo sitúa en el siglo XVI. 

Pero hemos de tratar de dar una visión positiva de esta sensación ¿Cuantas cosas hacemos por aburrimiento? ¿Cuantas grandes proyectos han surgido fruto de intentos de combatir el tedio? Incluso modernamente, se dice que el aburrimiento es productivo y fomenta la creatividad; que es necesario cierta dosis de aburrimiento para, superándola, conseguir algún descubrimiento.

Heidegger Benjamin aburrimiento
Heidegger y Benjamin
Pero no sólo yo --evidentemente-- me he preocupado por el aburrimiento. Filósofos de la talla de Martin Heidegger o Walter Benjamin pensaron sobre el tema. En argot, tematizaron el aburrimiento. Ambos, coetáneos,  eran alemanes y en alemán al aburrimiento se le dice Langeweile, literalmente «tiempo largo»; descripción precisa de la sensación que se tiene cuando uno se aburre, de que no pasa el tiempo, que se alarga.

No se trata de explicar cómo Hiedegger concibe los estados emocionales como el aburrimiento que dan lugar a una actitud metafísica o comentar la enigmática frase de Benjamin «El aburrimiento es ese ave que incuba el huevo de nuestra experiencia».

Sino más bien de combatirlo, es decir, de articular una praxis que permita esquivar el tedio actual...
Recuerdo, ahora, un libro que tenía de niño que se titulaba "NO HAY TIEMPO PARA ABURRIRSE" de Eve Harlow y cuyo subtítulo era "Cosas emocionantes que uno puede hacer". En él había un amplio repertorio de actividades, fundamentalmente de manualidades, con muchas ilustraciones de niños sonrientes de los años 70.  Pero claro, eso era en la época dorada de la infancia en donde todo es posible, incluso divertirse...