Iglesia de San Nicolas de Bari en Vitigudino, Salamanca |
Muchas han sido, son y serán las falacias que los políticos utilizan para convencer a sus votantes, pero hoy son más groseras y rudimentarias que nunca en la historia.
La falacia de la sinécdoque de la que ya hemos hablado: Los días y las frases: Las partes y el todo está resultado insufrible y excluyente estos días.
Las afirmaciones del tipo «lo que quiere el pueblo de Vitigudino es esto» para referirse a lo que quiere una parte (normalmente minoritaria pero movilizada) del electorado del pueblo de Vitigudino, es insufriblemente falaz por insultar a la inteligencia, por tratar de confundir groseramente los términos y excluyente porque omite los deseos de la otra parte (normalmente mayoritaria y silenciosa). Consiste en arrogarse los deseos de una parte como los de la totalidad de forma injustificada.
Admitir este razonamiento va contra los principios democráticos de la pluralidad y fomenta la uniformización, se trata de reducir, de anular al otro, al diferente.
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