Los brocardos son esos principios del derecho romano que aún hoy en día se utilizan porque constituyen nuestras bases culturales.
La cultura no es otra cosa que una regulación del comportamiento que esperamos de los semejantes, de los nuestros. De los otros, antropológicamente, no esperamos nada.
Pero los brocardos, siempre están muy bien formulados y este caso se añade un rebus sic stantibus. Es decir, lo pactado obliga, sí; pero mientras se mantengan las condiciones en las que se dió el pacto. Si las circunstancias que llevaron al pacto cambian, éste puede revertirse, anularse. Lo pactado ya no sirve, el pacto se puede romper.
Y esto es justo lo que está pasando ahora.
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