Asalto a Masada. Gravado del siglo XIX. |
No siempre resistir significa vencer, pero muchas veces, sí.
Sucedió en Masada: los judíos resistieron y prefirieron antes de ser derrotados, el suicidio.
La historia contada por Flavio Josefo sobre las Guerras de los Judios nos explica que el general Vespasiano allá por el año 69 estaba enfrascado en poner orden a las revueltas de los judíos que se venían produciendo desde hacía años (verbigracia la revuelta de Jesucristo según algunos historiadores contra el Imperio Romano no fue más que una revuelta contra Roma). Un día harto, con Jerusalén ya conquistada, se decidió a sitiar la ciudad de Masada. Cuentan que los motivos más que militares fueron económicos: Masada ponía en peligro el lucrativo negocio del bálsamo.
Los judios-sicarios habían convertido la ciudad en un fortín casi inexpugnable, pero tras siete meses de asedio y casi perdiendo la paciencia el General Romano ordenó un ataque frontal con una torre móvil de madera que abrió una brecha en la muralla.
Pudieron contener el ataque pero ya se sabían derrotados. Y el líder de los sicarios judíos fue capaz de convencer a toda la ciudad a que antes de sufrir oprobio de la derrota era mejor la inmolación.
Fue un caso de disonancia cognitiva claramente. La disonancia cognitiva según los psicólogos se produce cuando en momentos de tensión en los que lo que pensamos no encaja con los hechos, los ignoramos o transformamos según nuestro pensamiento. Pues eso.
Aquí en la Península Ibérica, no hemos sido menos y tenemos Numancia.
Masada trata de convertirse en destino turístico...
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