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¿Cumple este blog con la ley de Zipf?

Los días y las frases: la ley de zipf aplicada a bloggs. George Kingsley Zipf fue un lingüista norteamericano de mediados del sigl...

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domingo, 13 de agosto de 2017

¿Cherchez la femme?

Los días y las frases: Cherchez la femme, qué significa. Cherchez la femme qué significa
¿Cuáles son las motivaciones que incitan a actuar a los hombres? Las respuestas son múltiples y tópicas: lo que mueve el mundo es el dinero, dicen unos, el motivo crematístico --económico según la lectura materialista de la historia de Marx-- tal vez no les falte razón. 

Para otros es el sexo --que para Freud se acaba sublimando en dinero, luego no deja de ser lo mismo--. Para éstos se debe «buscad la mujer» para encontrar los verdaderos motivos de la actuación...Cuantas novelas de detectives giran su trama entorno a esta hipótesis.

La versión romántica es la de que en el fondo el mundo se mueve por amor. 

Pues bien, la frase tiene su origen en el escritor francés Alexandre Dumas (padre, por supuesto) conocido sobre todo por Los tres mosqueteros o El conde de Montecristo. En una de sus novelas de capa y espada  Los Mohicanos de París (1854) dice «Cherchez la femme, pardieu! cherchez la femme!».

Las feministas dirán que es una frase sexista, pero no por ello deja de ser en muchos casos cierta. 

Es difícil generalizar y cada uno puede tener su opinión y sus motivos. Yo, por ejemplo, me inclino a creer que lo que mueve el mundo es el aburrimiento

sábado, 1 de octubre de 2016

¿Plegarias atendidas?

Los días y las frases: Plegarias atendidas, reflexiones en torno a los deseos y el motor de la historia.
plegarias atendidas las frases y los díasSanta Teresa de Jesús (s. XVI) lo dijo con extrema claridad: se derraman más lágrimas por las plegarias atendidas y añadió que por las desatendidas. Aquello que se desea y se obtiene defrauda entre otras cosas porque antes se idealiza...

Lo que se materializa, se substantiviza, se realiza, tiene consecuencias, efectos y siempre existen efectos secundarios no deseados ─como los medicamentos─ ni previstos.
Lo no realizado queda en ese limbo que ni beneficia ni perjudica, se diría que es neutro

Truman Capote (1924-1984) siglos después escribió una novela con ese título ─Plegarias atendidas─ que no he leído y no creo que lea, de manera que formará parte del conjunto casi infinito de pendiente de lectura. Fue una novela póstuma (y quién sabe si inacabada). Como todo lo póstumo no contó con el visto bueno del autor (las voluntades no respetadas).

Mucho antes que Santa Teresa ─los clásicos inevitablemente─, los epicúreos propugnaron la ataraxia, la anulación de los deseos o la apatheia de los estoicos. También en las tradiciones orientales se basan en la anulación de los deseos. Buda identificó deseo con dolor y estableció una doctrina en torno de la renuncia

Sin embargo, en el deseo está el motor del cambio. Ernst Bloch (Alemán, 1885 - 1977) puso la esperanza de la humanidad en la utopía (en un deseo, en una plegaria que por definición jamás se atenderá) y como marxista creía en el progreso hacia un fin en el que la humanidad sería, por fin, libre.  Y ese motor de progreso no era otro que la esperanza de poder alcanzarlo...

Siempre existe esa dualidad en todos los temas de fondo, contrapuestos, que muchos tratan de superar con una síntesis dialéctica, con la proposición ─en muchos casos absurda─ de una tercera vía...

Parece sensato no confiar excesivamente en el futuro y en ese sentido parece buena idea la keynesiana de solucionar los problemas en el presente sin pensar en el largo plazo. Aunque, por otro lado, conviene planificar, tener un plan, un guión. El tener deseos, ilusión, perspectivas motiva para avanzar ─y evitar la procrastinación─ aunque finalmente estos deseos acaben cumpliéndose y nos tengamos que arrepentir.

sábado, 11 de junio de 2016

¿Trabajar? Hidalgos y Menestrales

Los días y las frases: Reflexiones en torno al trabajo en relación con los menestrales e hidalgos.
Hidalgos y menestralesUna de las cuestiones a las que hay que recurrir en cualquier análisis es el de enfrentar dicotomías, contraponer los opuestos, los dos puntos de vista, las dos visiones, los dos conceptos.

Para el caso de estudio: las relaciones entre el hombre y el trabajo existen dos formas paradigmáticas de afrontarlo, la que representan los menestrales y la que representan los hidalgos.

Como en todo, son posiciones extremas, y siempre se dan las posiciones intermedias, matizadas. Aunque a veces se exije una determinación, un posicionamiento claro sin ambages, aunque esta petición de posicionamiento suele ser interesada.

Actualmente se denomina menestral a aquella persona que desarrolla un oficio mecánico. Etimológicamente, la palabra proviene del latín ministeriālis, empleado, dependiente. Históricamente, en la Corona de Aragón los menestrales fueron una clase social surgida del Antiguo Régimen estamental, que posteriormente fue considerada parte de la pequeña burguesía. Se definían como menestrales aquellos oficios realizados mediante artes mecánicas, como herreros o sastres. El concepto era contrapuesto al de artista y , a diferencia de estos, no se agrupaban en colegios sino en gremios o cofradías. A lo largo de los años, la influencia de la menestralía creció sobre todo en las ciudades de Barcelona y Mallorca. En la ciudad condal los menestrales participaron en el consejo municipal desde 1257.  Pero poco a poco, los gremios fueron apartados del poder municipal. De manera que durante los siglos XIX y XX la distinción entre menestral y artista adquirió meramente un valor social:  los menestrales eran la pequeña burguesía catalana compuesta por obreros «cualificados» y que trataron de tener una vida social en orfeones, juegos florales, esparcimientos danzarines en una reivindicación de tradiciones premodernas con carácter político. 

El caballero de la mano en el pecho
El caballero de la
 mano en el pecho.
El Greco (c.1580)
A este estamento se oponía el caballeresco, el hidalgo. Los hidalgos representan la tradición, son los que tiene pasado literalmente, que son hijos de algo (fidalgo, filio d'algo). Y precisamente por tener pasado, por tener linaje, por ser nobles, están exentos del tener que trabajar. Los nobles están en un nivel superior, más espiritual, apenas en contacto con lo físico del mundo y, por tanto, ajenos a todo lo mecánico, a todo lo menestral. Conciben el trabajo como algo envilecedor, al contrario que los menestrales para los cuales es una vía para su dignificación --la única, junto con la católica--. Tal vez, éstos últimos por no ser nada, por ser indignos, por carecer de pasado debían construírselo, fabricar el futuro, su futuro.   

Un prototipo de hidalgo fue Don Quijote, esa imagen es la que queda en parte. En esa época, la hidalguía que ya se considera trasnochada, la prevalencia de lo noble frente a lo práctico (el triunfo de los menestrales), de lo ideal frente a lo manual o mecánico. Ese cambio de época que se dio en el Renacimiento

Por ser ambos, menestrales e hidalgos, los más bajos representantes de sus estamentos (el nobiliario y el burgués) acentúan sus características para diferenciarse aún más de los otros.

Marx, estudió el tema y mediante el materialismo histórico propuso que el estudio de la historia, precisamente, se debía realizar bajo la perspectiva del trabajo, de las relaciones existentes entre los medios de producción y sus poseedores. De este análisis se extrajeron muchas consecuencias y fundamentaron muchas revoluciones.

Como fuera, muchos antropólogos sostiene que la antropogénesis está en el trabajo: el hombre es el único animal que construye herramientas para trabajar...aunque todos buscamos el tener un trabajo pero que requiera poco esfuerzo: un sinecura.