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domingo, 13 de agosto de 2017

¿Cherchez la femme?

Los días y las frases: Cherchez la femme, qué significa. Cherchez la femme qué significa
¿Cuáles son las motivaciones que incitan a actuar a los hombres? Las respuestas son múltiples y tópicas: lo que mueve el mundo es el dinero, dicen unos, el motivo crematístico --económico según la lectura materialista de la historia de Marx-- tal vez no les falte razón. 

Para otros es el sexo --que para Freud se acaba sublimando en dinero, luego no deja de ser lo mismo--. Para éstos se debe «buscad la mujer» para encontrar los verdaderos motivos de la actuación...Cuantas novelas de detectives giran su trama entorno a esta hipótesis.

La versión romántica es la de que en el fondo el mundo se mueve por amor. 

Pues bien, la frase tiene su origen en el escritor francés Alexandre Dumas (padre, por supuesto) conocido sobre todo por Los tres mosqueteros o El conde de Montecristo. En una de sus novelas de capa y espada  Los Mohicanos de París (1854) dice «Cherchez la femme, pardieu! cherchez la femme!».

Las feministas dirán que es una frase sexista, pero no por ello deja de ser en muchos casos cierta. 

Es difícil generalizar y cada uno puede tener su opinión y sus motivos. Yo, por ejemplo, me inclino a creer que lo que mueve el mundo es el aburrimiento

sábado, 11 de junio de 2016

¿Trabajar? Hidalgos y Menestrales

Los días y las frases: Reflexiones en torno al trabajo en relación con los menestrales e hidalgos.
Hidalgos y menestralesUna de las cuestiones a las que hay que recurrir en cualquier análisis es el de enfrentar dicotomías, contraponer los opuestos, los dos puntos de vista, las dos visiones, los dos conceptos.

Para el caso de estudio: las relaciones entre el hombre y el trabajo existen dos formas paradigmáticas de afrontarlo, la que representan los menestrales y la que representan los hidalgos.

Como en todo, son posiciones extremas, y siempre se dan las posiciones intermedias, matizadas. Aunque a veces se exije una determinación, un posicionamiento claro sin ambages, aunque esta petición de posicionamiento suele ser interesada.

Actualmente se denomina menestral a aquella persona que desarrolla un oficio mecánico. Etimológicamente, la palabra proviene del latín ministeriālis, empleado, dependiente. Históricamente, en la Corona de Aragón los menestrales fueron una clase social surgida del Antiguo Régimen estamental, que posteriormente fue considerada parte de la pequeña burguesía. Se definían como menestrales aquellos oficios realizados mediante artes mecánicas, como herreros o sastres. El concepto era contrapuesto al de artista y , a diferencia de estos, no se agrupaban en colegios sino en gremios o cofradías. A lo largo de los años, la influencia de la menestralía creció sobre todo en las ciudades de Barcelona y Mallorca. En la ciudad condal los menestrales participaron en el consejo municipal desde 1257.  Pero poco a poco, los gremios fueron apartados del poder municipal. De manera que durante los siglos XIX y XX la distinción entre menestral y artista adquirió meramente un valor social:  los menestrales eran la pequeña burguesía catalana compuesta por obreros «cualificados» y que trataron de tener una vida social en orfeones, juegos florales, esparcimientos danzarines en una reivindicación de tradiciones premodernas con carácter político. 

El caballero de la mano en el pecho
El caballero de la
 mano en el pecho.
El Greco (c.1580)
A este estamento se oponía el caballeresco, el hidalgo. Los hidalgos representan la tradición, son los que tiene pasado literalmente, que son hijos de algo (fidalgo, filio d'algo). Y precisamente por tener pasado, por tener linaje, por ser nobles, están exentos del tener que trabajar. Los nobles están en un nivel superior, más espiritual, apenas en contacto con lo físico del mundo y, por tanto, ajenos a todo lo mecánico, a todo lo menestral. Conciben el trabajo como algo envilecedor, al contrario que los menestrales para los cuales es una vía para su dignificación --la única, junto con la católica--. Tal vez, éstos últimos por no ser nada, por ser indignos, por carecer de pasado debían construírselo, fabricar el futuro, su futuro.   

Un prototipo de hidalgo fue Don Quijote, esa imagen es la que queda en parte. En esa época, la hidalguía que ya se considera trasnochada, la prevalencia de lo noble frente a lo práctico (el triunfo de los menestrales), de lo ideal frente a lo manual o mecánico. Ese cambio de época que se dio en el Renacimiento

Por ser ambos, menestrales e hidalgos, los más bajos representantes de sus estamentos (el nobiliario y el burgués) acentúan sus características para diferenciarse aún más de los otros.

Marx, estudió el tema y mediante el materialismo histórico propuso que el estudio de la historia, precisamente, se debía realizar bajo la perspectiva del trabajo, de las relaciones existentes entre los medios de producción y sus poseedores. De este análisis se extrajeron muchas consecuencias y fundamentaron muchas revoluciones.

Como fuera, muchos antropólogos sostiene que la antropogénesis está en el trabajo: el hombre es el único animal que construye herramientas para trabajar...aunque todos buscamos el tener un trabajo pero que requiera poco esfuerzo: un sinecura.



viernes, 5 de febrero de 2016

Nada humano me es ajeno

Los días y las frases: Nada humano me es ajeno y Karl Marx.
nada humano me es ajeno
Alberto Durero, Cuatro libros de las proporciones del cuerpo humano, [1528]
Publio Terencio Africano (siglo II a.C.) comediografo latino escribió en una de sus comedias: «Homo sum; humani nihil a me alienum puto.». Que traducido, más o menos, es «Hombre soy; nada humano me es ajeno.»

Esta frase fue pronunciada por el personaje de su comedia Cremes para justificar su intromisión en una conversación ajena.

Karl Marx, el filósofo que quedó diluido por la política, hizo de esta frase su máxima: nada humano me es ajeno. Pero no en el sentido de la intromisión sino de solidaridad y compromiso ético con la humanidad.

Esta confesión se la hizo a sus hijas contestando al famoso test de Proust (inventado por ellas) cual era su máxima (doctrina para dirigir las acciones morales). Para su lema (que hacer referencia al comportamiento en términos más generales) escogió: «De omnibus dubitandum» (Se debe dudar de todo)No en vano Ricoeur lo catalogó ─junto con Nietzsche y Freud─ como uno de los filósofos de la sospecha del siglo XIX.

Aquí se puede consultar todo el cuestionario de Marx, interesante pero no sorprendente.


martes, 17 de noviembre de 2015

¿La historia se repite? Una vez como tragedia y la otra como farsa.


Marx, Nietzche, Filosofos de la sospecha
Marx y Nietzsche: Filósofos de la Sospecha
Es ya conocida la expresión de que «la historia se repite». Esta tesis fue propuesta por Hegel (1770-1831), o al menos es a él a quién se la atribuye Marx. En cualquier caso, cuando se cita a otro autor es con algún interés (incluso espurio) y, por eso, se debe andar con cuidado. La cuestión es que Marx apostilló «una vez como tragedia, y la otra vez como farsa».

Una farsa es una obra de teatro cómica sin mayores objetivos que los de hacer reír; despectivamente se utiliza para calificar también los comportamientos chabacanos y grotescos, o también, el tipo de maniobra que se utiliza para engañar o, más bien, embaucar a alguien.

Otro filósofo de la sospecha (según la expresión de RicoeurNietzsche también aportó su opinión, o más bien recupero el concepto de no linealidad del tiempo, el eterno retorno. Lo que modernamente se conoce como el día de la marmota.

Por contra, Hegel, maestro de Marx, creo la noción de Espíritu, una especie de razón cósmica universal, que guía el desarrollo histórico hacia un fin...universal en el que el ser humano alcanza su pleno desarrollo y perfección...y todo deja de repetirse.

Mark Twain --como siempre, muy agudo-- no creía que la historia se repitiese, sin embargo admitía que sí rimaba; lo cual no deja de ser lo mismo pero con sentido poético. 

En estos días especialmente, estoy teniendo esta desagradable sensación como de déjà- vu. Los psicólogos crearon el concepto de "deja vu" para nombrar aquellas vivencias que tenemos la sensación de ya haber vivido porque las recordamos; aunque también estamos seguros, por otra parte, que realmente no han sucedido. Los neurólogos aún no lo tienen claro, han establecido diversas teorías, por confirmar.