Entrada destacada:

¿Cumple este blog con la ley de Zipf?

Los días y las frases: la ley de zipf aplicada a bloggs. George Kingsley Zipf fue un lingüista norteamericano de mediados del sigl...

viernes, 28 de diciembre de 2018

¿Te ocultas bajo el anonimato?

Los días y las frases: Larvatus Prodeo, me presento disfrazado, Descartes.
captain nemo
René Descartes --el señor de Perron-- que podría ser cualquier cosa menos impulsivo --no en vano el adjetivo cartesiano indica racional-- después de mucho meditar, observar a su alrededor y enterarse de la condena a Galileo escribió en su diario «en el momento de subir a este escenario mundano ... me presento disfrazado». Ya tenía lema Larvatus prodeo

Descartes era consciente de lo revolucionario de sus planteamientos (como Galileo) y que en esa época con la Iglesia no se jugaba. Se formó (AMGD) en  Real Colegio de La Flèche, dirigido por los jesuitas, antes de su expulsión de Francia. Supo guardar el equilibrio; evitar la sombra de la Inquisición; desconfió; y disfrazó sus doctrinas, para no tener que dar excesivas explicaciones. Hizo culminar en un Dios bondadoso, la causa metafísica última que explicaba el mundo y nos garantizaba el conocimiento veraz de la realidad; idea difícilmente suprimible sin que su sistema dejase de funcionar y todos contentos. 

Pero mucho tiempo atrás Ulises --el hombre de los múltiples senderos o mañas-- consiguió burlar al cíclope Polifemo que enloqueció al decirle que su nombre era nadie, outis <οὔτις> ; en griego. El engaño, el anonimato, la ocultación de la identidad es un tema que viene de antiguo. 

Igualmente en el periodo helenista, se produjo un repliegue tras una de las mayores crisis mundiales y Epicuro apostó por el Lathe Biosas, vive oculto, en respuesta al esplendor de la Grecia clásica donde el hombre era un zoon polikon, Aristóteles creía que la esencia del hombre estaba en la polis, en esa comunidad política, ahora ya destruida por los Imperios. 

Dando otro salto temporal,  no nos olvidemos del atormentado Capitán Nemo --el Capitán Nadie-- que destruía con su submarino Nautilus buques ingleses por venganza. Solo al final se descubre que era un príncipe indio que luchaba a su manera "científica" contra la  Pérfida Albión.

La renuncia a la identidad o, si más no, su ocultación permite realizar actos que a cara descubierta no se harían, otorga de una valentía impensable. Hoy renunciar a la autoría de los actos y las obras (o más bien a sus consecuencias), bajo el anonimato,  suele ser un acto de cobardía o vergüenza; y no como clásicamente un acto de astucia

En la actualidad, desgraciadamente, es práctica muy frecuente, signo de los tiempos... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario