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sábado, 26 de septiembre de 2020

Quiebras, vajillas y brocardos

Los días y las frases: Dura lex, sed lex. La vajilla y el brocardo.

Leo en la prensa que la empresa francesa fabricante de la icónica marca de vajillas Duralex ha entrado en quiebra, paradójicamente porque según su publicidad no se rompían. Las vajillas Duralex --fabricadas en vidrio templado, cosa que las hacía casi irrompibles-- tuvieron su máximo de penetración en el mercado del menaje en los años 70 y su declive se inició con el cambio de siglo. La crisis económica provocada por la pandemia --es la primera vez que aparece aquí-- ha precipitado su quiebra

El nombre de la marca Duralex --intencionadamente o no-- coincide con uno de los principios del derecho romano, con un brocardo en latín: Dura lex, sed lex. Traducido es algo así como «La ley es dura, es la ley». Este brocardo se utiliza para indicar que por dura que sea la ley, ésta es obligatoria  y que, por tanto, se debe cumplir.  E igualmente importante es el que afecta a todos por igual

Ya en la República Romana se percataron de la tentación que existe en el que administra la justicia de aplicarla o no en función del afectado, y ser más indulgente o más benévolo --claro está, con los poderosos-- y, por eso, insistieron en que, por principio, las leyes de los hombres deben ser igual que las leyes de la naturaleza y afectar a todos por igual

(La ley de la gravedad, por ejemplo, te afecta igual si eres una piedra, una gallina, un presidente o el más humilde de los empleados...). 

Ya hemos hablado que el respeto de la ley solo se consigue mediante dos mecanismos: el coercitivo --la fuerza, que es el menos deseable de los mecanismos pero a la postre el más eficaz-- y el convencimiento --que requiere de un esfuerzo pedagógico y con claro componente ético y racional...--. 

También sabemos que los virreyes tan solo acataban las leyes --acatar es simplemente ver-- pero no las cumplían sabedores que el poder coercitivo quedaba lejos y que su fuerza menguaba hasta casi desaparecer al cruzar el océano. 

Parece que en los actuales reinos de Taifas empieza a suceder algo parecido...