No vamos a explicar aquí los argumentos de Zenón de Elea contra el movimiento pero si de la dura crítica y empíricamente inapelable que le Diógenes, el cínico realizó: simplemente, tras escucharlo, se levanto y se puso a caminar...es el movimiento se demuestra andando.
Pero lo que aquí me interesa comentar es la relación que existe entre el caminar o pasear y el pensar (o lo cognitivo)...Ya desde la antigüedad se vio esa vinculación. Aristóteles tenía costumbre de dar sus lecciones en el Liceo paseando, de ahí que su escuela se le ha venido a llamar peripatética. Del griego περιπατητικός <peripatētikós> que viene a significar 'ir alrededor del camino, caminar'. Enseñar y aprender caminando, siguiendo un camino. Obsérvese la similitud con el método μέθοδος <méthodos>, siguiendo el camino (hodos).
Muchos filósofos han reflexionado sobre el tema. Nietzsche nos dejó la perla con el aforismo que dice más o menos: "desconfía de todas las ideas que no te surjan caminando". Heidegger en su estela, afirma que hemos de encontrar las sendas en el bosque que van de claro en claro, que comunican calveros (Lichtung). Walter Benjamin, que en muchas cosas presenta paralelismos con Heidegger, reflexionó sobre los Flaneurs de Paris. Baudelaire le dedicó poemas y también Edgar Allan Poe escribió sobre el tema en un cuento ambientado en Londres o Robert Walser un cuento sencillo y esplendido sobre el Paseante....
Vemos que el elenco de pensadores y literatos que han dedicado sus pensamientos al pasear es de gran talla intelectual.
Todo esto que se ha intuido desde antiguo ahora la neurociencia le empieza a dar una explicación científica... parece ser que al caminar se estimulan ciertas zonas del cerebro que favorecer el pensamiento creativo y las funciones cognitivas, mejoran la atención y la memoria.