Sí, pero no. Sí porque es un concepto vinculado con el terror, con lo siniestro, con el miedo. No, porque proviene del mundo de la robótica.
Expliquemos la historia...
A principios de la década de los setenta del pasado siglo, la robótica estaba en pleno auge especialmente en la pujante Japón. Tanto que un experto, Masahiro Mori, comenzó a especular con la posibilidad de fabricar robots humanoides y a especualr sobre cómo serían aceptados por los propios humanos. Tras realizar unos estudios de carácter psicológico en relación con como reaccionan los humanos frente a robots con gran parecido a los propios humanos publicó en 1970 un artículo titulado en japonés "Bukimi No Tani" (不 気 味 の 谷) y en inglés Uncanny Valley. Su hipótesis es que a medida que los robots se vuelven más humanos, nos parecen más familiares nos van resultando más simpáticos hasta que se llega a un punto en el tan solo unas sutiles imperfecciones de la apariencia los hacen parecer como espeluznantes y siniestros. Esa inflexión en la cual dejan de resultarnos simpáticos es el valle inquietante.
Eso ya lo sospechó Sigmund Freud y en su ensayo Unheimlich traducido como Lo Siniestro o lo inquietante, en el que hace un estudio comparado de las expresiones utilizadas en diferentes lenguas para ver que no existe un vocablo para expresar esa caracterización de lo siniestro que no agota sus acepciones que se basan en la identidad siniestro = insólito y amplia su campo a todo aquello que nos es cotidiano. En alemán sí porque la expresión Unheimlich se deriva de heimelich, que es lo propio de la casa, no extraño, familiar, dócil, íntimo, confidencial, lo que recuerda el hogar, etc... Podemos decir que lo inquietante de la cotidianeidad.