La Fortuna. Alberto Durero. |
La frase suele ser mal citada, los versos de Virgilio en la Eneida son «audentis Fortuna iuvat» (Eneida, X 283): la fortuna ayuda al atrevido o, si se prefiere poéticamente, la fortuna sonríe a los audaces.
Para Maquiavelo la fortuna era responsable de la mitad de los acontecimiento de los humanos, pero la otra mitad quedaba en manos de los hombres. La Fortuna --la Diosa Fortuna-- era una mujer que se podía seducir con artes, pero también era como un río desbordado que todo lo arrasa, la naturaleza irrefrenable. Todo esto en los albores de la Modernidad, al final del Renacimiento (s.XVI).
De manera que un posible lema para Maquiavelo podría ser este: audentis Fortuna iuvat; el otro, el archiconocido --y apócrifo-- el fin justifica los medios (o los miedos).
Maquiavelo comparte con Platón casi en exclusiva el haber pasado de la filosofía al lenguaje popular con dos adjetivos: platónico y maquiavélico, uno en el ámbito del amor ideal --o idealizado-- y el otro en el ámbito del comportamiento egoísta y poco ético --pero en el fondo racional--.
Maquiavelo, empezó a popularizarse una vez muerto, su gran legado El Principe fue una obra póstuma y el antimaquiavelísmo se extendió, sobre todo en los países latinos --España en especial-- y sus obras fueron prohibidas por la Iglesia. Pero creo escuela --escuela política-- aún vigente, con admiradores como Napoleón que editó una versión comentada por él de El Principe.
Las ironías del destino (que no de la Fortuna), ésta no le sonrió a Maquiavelo que murió en 1527 en casi la misera y apartado del poder y la política de Florencia que tanto deseaba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario