François Mitterrand fue uno de los últimos grandes presidentes de la República Francesa y como tal no se limitó a inaugurar exposiciones de crisantemos...
Antes de llegar a la presidencia tuvo una dilatada carrera política, se curtió en la V República creada por De Gaulle: fue varias veces ministro en la década de los 50 del siglo XX. Previamente se había forjado como sargento en la Segunda Guerra Mundial.
En sus 14 años de presidencia (ha sido el presidente que más tiempo ha ocupado el cargo, del del 1981 al 1995) nombró numerosos cargos de la administración ─tal vez en eso reside el poder moderno, en la capacidad de nombramiento─. Y es a él, y por eso, al que se le atribuye la frase de que cada vez que nombro a un cargo creo un desagradecido y cien envidiosos.
Ambas características ─el desagradecimiento y la envidia─ forman parte de eso que denominamos la condición humana y que es universal ─el debate está abierto en la antropología, me refiero al de que exista un universal de eso que llamamos la condición humana─.
Su final quedó enturbiado... lo más difícil es acabar bien las cosas...
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