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sábado, 11 de junio de 2016

¿Trabajar? Hidalgos y Menestrales

Los días y las frases: Reflexiones en torno al trabajo en relación con los menestrales e hidalgos.
Hidalgos y menestralesUna de las cuestiones a las que hay que recurrir en cualquier análisis es el de enfrentar dicotomías, contraponer los opuestos, los dos puntos de vista, las dos visiones, los dos conceptos.

Para el caso de estudio: las relaciones entre el hombre y el trabajo existen dos formas paradigmáticas de afrontarlo, la que representan los menestrales y la que representan los hidalgos.

Como en todo, son posiciones extremas, y siempre se dan las posiciones intermedias, matizadas. Aunque a veces se exije una determinación, un posicionamiento claro sin ambages, aunque esta petición de posicionamiento suele ser interesada.

Actualmente se denomina menestral a aquella persona que desarrolla un oficio mecánico. Etimológicamente, la palabra proviene del latín ministeriālis, empleado, dependiente. Históricamente, en la Corona de Aragón los menestrales fueron una clase social surgida del Antiguo Régimen estamental, que posteriormente fue considerada parte de la pequeña burguesía. Se definían como menestrales aquellos oficios realizados mediante artes mecánicas, como herreros o sastres. El concepto era contrapuesto al de artista y , a diferencia de estos, no se agrupaban en colegios sino en gremios o cofradías. A lo largo de los años, la influencia de la menestralía creció sobre todo en las ciudades de Barcelona y Mallorca. En la ciudad condal los menestrales participaron en el consejo municipal desde 1257.  Pero poco a poco, los gremios fueron apartados del poder municipal. De manera que durante los siglos XIX y XX la distinción entre menestral y artista adquirió meramente un valor social:  los menestrales eran la pequeña burguesía catalana compuesta por obreros «cualificados» y que trataron de tener una vida social en orfeones, juegos florales, esparcimientos danzarines en una reivindicación de tradiciones premodernas con carácter político. 

El caballero de la mano en el pecho
El caballero de la
 mano en el pecho.
El Greco (c.1580)
A este estamento se oponía el caballeresco, el hidalgo. Los hidalgos representan la tradición, son los que tiene pasado literalmente, que son hijos de algo (fidalgo, filio d'algo). Y precisamente por tener pasado, por tener linaje, por ser nobles, están exentos del tener que trabajar. Los nobles están en un nivel superior, más espiritual, apenas en contacto con lo físico del mundo y, por tanto, ajenos a todo lo mecánico, a todo lo menestral. Conciben el trabajo como algo envilecedor, al contrario que los menestrales para los cuales es una vía para su dignificación --la única, junto con la católica--. Tal vez, éstos últimos por no ser nada, por ser indignos, por carecer de pasado debían construírselo, fabricar el futuro, su futuro.   

Un prototipo de hidalgo fue Don Quijote, esa imagen es la que queda en parte. En esa época, la hidalguía que ya se considera trasnochada, la prevalencia de lo noble frente a lo práctico (el triunfo de los menestrales), de lo ideal frente a lo manual o mecánico. Ese cambio de época que se dio en el Renacimiento

Por ser ambos, menestrales e hidalgos, los más bajos representantes de sus estamentos (el nobiliario y el burgués) acentúan sus características para diferenciarse aún más de los otros.

Marx, estudió el tema y mediante el materialismo histórico propuso que el estudio de la historia, precisamente, se debía realizar bajo la perspectiva del trabajo, de las relaciones existentes entre los medios de producción y sus poseedores. De este análisis se extrajeron muchas consecuencias y fundamentaron muchas revoluciones.

Como fuera, muchos antropólogos sostiene que la antropogénesis está en el trabajo: el hombre es el único animal que construye herramientas para trabajar...aunque todos buscamos el tener un trabajo pero que requiera poco esfuerzo: un sinecura.



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