Pergamino hallado en Italia (c. 1114). Biblioteca Apostólica Vaticana |
La historia cuenta que Enrique IV quería el poder de nombrar y cesar obispos y cargos eclesiásticos en su imperio, cosa que el Papa le negaba (La querella de las investiduras). En un primer momento el emperador consiguió derrocar al Papa; pero este recuperó su poder y le excomulgo. Enrique IV quedó en una posición delicada, excomulgado, sus vasallos no le debían fidelidad.
Enrique IV, viajo a Italia (supongo que acojonado) como penitente a buscar el perdón del Papa. El Papa desconfió del viaje y dió por descontado que se trataba de una acción hostil y se refugió en el Castillo de Canossa.
Pero finalmente se vió que iba como simple penitente en busca del perdón. Se cuenta que el Papa lo humilló (puteó) obligándolo a permanecer tres días y tres noches de rodillas bajo una intensa nevada antes de perdonarlo.
Supongo que algún día me tocará hacer mi particular viaje a Canossa, solo espero que no sea tan crudo como el de Enrique IV.
Actualmente se usa la frase como sinónimo de humillarse.
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